Dicen por ahí que todos los proyectos son trabajo, pero no todos los trabajos son proyectos. Es importante que sepas la diferencia entre manejar un proyecto y realizar las tareas cotidianas que componen nuestro trabajo diario.
Vamos por partes, un trabajo es un conjunto de procesos operativos que se completan en el día a día sin límites de tiempo ni recursos.
Por otro lado, un proyecto se define como una secuencia de tareas que necesitan ser completadas y planificadas para lograr un objetivo previamente establecido, limitado por recursos económicos, de tiempo, humanos, etc. Un trabajo tiende a ser operativo, mientras que un proyecto es más estratégico.
Considerando estas diferencias, ¿cómo puedes administrar un proyecto?
Se trata de una combinación aplicada de habilidades, herramientas y técnicas para realizar un grupo de tareas manera efectiva. El paso más importante en este proceso es crear un plan detallado de cómo se va a completar y alcanzar cada meta.
¿Todos somos capaces de manejar un proyecto? Para lograrlo adecuadamente, requerimos de conocimientos y competencias en determinadas áreas. Si no poseemos estas habilidades, necesitamos adquirirlas, pues son partes esenciales cuando nos estamos desempeñando en este puesto:
- Tiempo y costos: Ya que influyen en la productividad y calidad del trabajo realizado, se requiere administrarlos correctamente para lograr los mejores resultados.
- Recursos físicos y humanos: Considerando que cada miembro de nuestro equipo poseerá diferentes fortalezas y debilidades, deben asignarse las tareas correspondientes tomando en cuenta el perfil de cada uno para optimizar el rendimiento.
- Evaluación de riesgos: Existen muchos tipos de riesgos que pueden presentarse, como bancarios, financieros, contables, por mencionar algunos. Al considerar cada riesgo posible debemos estar preparados para afrontarlos y que no lleguen a afectar los resultados.
- Comunicación asertiva interior y exterior: Se debe procurar una buena comunicación entre los miembros del equipo, para que ellos a su vez entiendan lo que se espera de su desempeño y que todos persigan un mismo fin.
Todos los proyectos se manejan con los mismos principios, una correcta gestión de estos aporta mucho a una compañía, aumentando su rentabilidad y contribuyendo a su crecimiento. Ahora que conocemos los puntos clave para administrar proyectos debemos reflexionar, ¿qué área necesitamos fortalecer para desarrollarlos exitosamente?